Por. Prof. Faustino Rodríguez Bauza
En Irak el ejército de los Estados Unidos ha reconocido entre sus bajas de guerra a 3136 soldados estadounidenses desde 2003. Pero cada vez se le hace más difícil conseguir voluntarios para ir a esa guerra. El Pentágono anunció esta semana que recurriría a 14.000 miembros de la Guardia Nacional, a fin de aliviar la falta de soldados de activa in situ.
A finales de 2006, el Estado Mayor de las Fuerzas ocupantes había pedido la movilización "no voluntaria" de 2500 reservistas de la infantería de marina para servir de substitutos. Entre ellos, un ejemplo, se incluyó a un GI condenado por la violación y el asesinato de un adolescente iraquí
El Departamento de Estado, por su parte, debía llenar 350 nuevos puestos de diplomáticos y funcionarios en Irak, y encontró sólo apenas unos 200 voluntarios, a pesar de las importantes primas de riesgo ofrecidas.. A causa de la desesperación que produjo el hecho de no conseguir tal personal, acaba de decidir que algunos militares temporalmente tendrían los puestos de diplomáticos vacantes.
Al ejército estadounidense cada vez se le hace más difícil encontrar personal voluntario—aún de sus propias filas—con las capacidades necesarias para las misiones pesadas y de larga duración que se requiere cumplir en Irak y Afganistán.
Con el fin de cumplir sus cuotas, el ejército estadounidense se ve obligado a reducir sus criterios de selección en la calidad de la contratación, aceptando un número creciente de condenados por delitos y crímenes.
El año pasado, las fuerzas armadas estadounidenses dejaron entrar en sus filas a 8129 soldados no conformes a los criterios de selección. Esta cifra representa más de un 10% del nuevo personal, y para ese momento la cantidad de incorporados sin cumplir requerimientos significó un aumento del 65% con relación a 2003, año de la invasión de Irak.
Entre los “seleccionados” se encuentran numerosos soldados que en verdad no son aptos para la vida militar, unos por razones físicas, como la obesidad, debilidades congénitas y otros problemas físicos, y particularmente mentales.
Pero lo más grave es que la mayoría cometieron delitos (hurtos, robos, robos con violencia, agresiones continuas a otras personas y hasta homicidio involuntario). Más de 900 de ellos son reconocidos criminales con pena reducida para su incorporación (contra solamente la mitad en 2003).
“” La guerra de Irak hundió al ejército en un círculo vicioso de decadencia de los criterios de contratación", señaló recientemente en un editorial el diario “ The New York Times”. Un laxismo que no deja de tener consecuencias.
La justicia estadounidense sometió a juicio a una veintena de soldados en tres casos de masacres de civiles cometidas en Irak: en el año 2005 en Haditha., y otros en 2006 por masacres en Hamdaniya y Mahmoudiya.-
En este último caso, que se está juzgando ante un tribunal militar de Kentucky, se acusa a cinco soldados de haber violado y matado a una niña de 14 años el 12 de marzo del año pasado, donde también hirieron a los padres de la víctima y a su hermana de cinco años. El principal acusado en este crimen, el soldado Esteban Green , había sido contratado en 2005 en la 101 división aerotransportada, a pesar de varios delitos inscritos sobre su registro de antecedentes penales.
Ese alistamiento bajando la calidad del personal a incluír ha traído problemas de baja moral, de indisciplina, discriminación racial, mala conducta, drogas, de la que se han quejado oficiales y que ha trascendido y se han hecho eco periódicos de EEUU, y sobre todo la participación en atropellos y crímenes contra la población de Irak.
Sabedores de tal situación los gobernantes de EEUU no quieren admitir que a sus ciudadanos, y especialmente a sus soldados, se les pueda juzgar en el extranjero.